Periodismo Humano le da protagonismo estos días a las voces de mujeres colombianas que se movilizan por la paz y contra la injusticia, en un país con medio siglo de conflicto armado entre guerrillas izquierdistas, las fuerzas del Estado y los grupos paramilitares de extrema derecha que se sumaron en los años 80. Este macromovimiento de pacifismo femenino está formado por mujeres de todo el mundo: campesinas, indígenas, negras, madres de desaparecidos o víctimas de la guerrilla. Todas tienen un objetivo común: la paz y plantar cara a los abusos a los que las someten por no tener miedo.
Según la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, las mujeres y los niños son los grandes perjudicados de los conflictos armados, sólo en Colombia el 75% de la población que huye de la guerra y la violencia dentro de su nación son las mujeres y los niños. Esta resolución de la ONU ya tiene diez años. Entre los años 2002 y 2007, los conflictos dentro de Colombia provocaron la muerte de 1.314 mujeres y la desaparición de 179, sin contar con los altos índices de abuso sexual a niñas dentro de los campamentos de uno y otro bando.
En 1996 nació la Ruta Pacífica de las Mujeres, un movimiento que se define como antimilitarista y pro ética contra la violencia, las mujeres entran en los campamentos en zonas de conflicto para dar su mensaje de paz, algo que les trae grandes consecuencias como amenazas, insultos y en algunos casos, palizas y violaciones. "Cuando las mujeres hablamos claro, sin mostrar miedo, pagamos un alto precio: vivir con ese miedo", afirma Pilar Tobón, negociadora comunitaria del Programa Paz y Convivencia de la Alcaldía de Medellín, capital del noroccidental departamento de Antioquia.
Ruta Pacífica de las Mujeres
Piedad Córdoba |
Piedad Córdoba es uno de los vértices de este movimiento, afrodescendiente feminista que fue gestora directa de la liberación de 14 cautivos en manos de las FARC en Colombia en 2008, 2009 y 2010, y que promueve la solución política de la guerra. Trabaja con organizaciones no gubernamentales como la Casa de la Mujer o Colombianos y Colombianas por la Paz, y mantiene un diálogo público con las FARC y el ELN. Actualmente está destituida de sus cargos políticos por su supuesta colaboración con las FARC, niega cualquier nexo de unión y además sigue, de igual forma, apostando por la construcción de la paz en América Latina.
Clip institucional de Colombianos y Colombianas por la Paz