Sudán es uno de los países más extensos de África, tiene una larga historia de colonialismo y actualmente se encuentra en un doble conflicto: guerra abierta con su vecino Chad, y una guerra civil interna en la que se enfrentan dos realidades culturales.
El Movimiento para la Liberación del Pueblo de Sudán, partido proscrito por el gobierno de Omar Al Bashir, y que se opone a la persecución de las minorías religiosas por parte del gobierno, afirma que se están dirigiendo ataques militares deliberados hacia los civiles. Malik Agar, líder del MLPS insiste en que la estrategia a seguir es atacar a la población para debilitar a los combatientes, y que para ello, no reparan en matar a padres, madres e hijos. Además, cuenta que unas 600.000 personas han huido de sus casas y que los grupos y asociaciones de Derechos Humanos no pueden acceder a la zona.
Por otro lado, el gobierno sudanés niega que esté bombardeando a civiles deliberadamente, y que los ataques se dirigen únicamente a los militares rebeldes. Sin embargo, sus afirmaciones se ven desmontadas por las declaraciones de grupos de voluntarios, que están de acuerdo en que, directa o indirectamente, la población está siendo la gran perjudicada de este largo conflicto, cuya accesibilidad a las poblaciones contiguas y a los servicios médicos es totalmente nula. Mientras tanto, las ONG siguen dando la voz de alarma por las grandes hambrunas.
Resumen del conflicto en Sudán desde el comienzo por Awad Mohamed y Carlos Vázquez, para el Máster en Periodismo BCNY
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