Tras la entrada en vigor de la ley de inmigración HB56 en Estados Unidos, la comunidad inmigrante se encuentra desolada y asustada, ya que se trata de una de las leyes de deportación más estrictas y duras del país. Un gran porcentaje de la población mexicana vive en el país americano.
Según Univisión, la jueza estadounidense, Sharon Blackburn, dio autoridad a la policía para poder detener a sospechosos de ser indocumentados. Pueden entrar en los comercios, transportes públicos o en escuelas para comprobar minuciosamente que la población inmigrante esté adecuadamente documentada. Es una ley que, al igual que la SB 1070 de Arizona, criminaliza la indocumentación. La resolución ha provocado que muchas familias no lleven a sus hijos a la escuela por miedo a ser deportados.
En el resto del Estado, la indocumentación sigue siendo una falta civil, exceptuando Alabama y Arizona.
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